Los días 14 y 15 de mayo se llevó a cabo en la ciudad de Cartagena de Indias (Colombia), el encuentro “Somos una sola raza, la humana”. Diálogo por la igualdad y la no discriminación, organizado por la Red Iberoamericana de Organismos y Organizaciones contra la discriminación (RIOOD).
La RIOOD, es un espacio creado para la construcción de vínculos entre los diferentes entes gubernamentales, organismos regionales, internacionales, no gubernamentales e instituciones académicas, cuya misión es luchar en contra de todas las formas de discriminación en iberoamérica en los ámbitos públicos y privados. Esta lucha la realiza través de la producción de conocimiento que surge del intercambio de información y experiencias entre sus miembros (51 organizaciones de 18 países).
Este año, en el marco de la VI Reunión Ordinaria de la RIOOD, y que tuvo lugar por primera vez en Colombia, la Consejería Presidencial para los Derechos Humanos y el Ministerio del Interior, convocaron a un foro abierto con representantes de organizaciones sociales, líderes y ciudadanía civil, para hablar sobre diversidad y transformaciones culturales bajo el lema “Somos una sola raza, la humana”. A este evento, el equipo de Somos Afro tuvo la fortuna de asistir.
“Probablemente la mayoría de los que estamos aquí hoy hemos sentido en algún momento en carne propia que es la discriminación; por sexo, edad, color de piel, orientación sexual, condición social, o alguna otra condición especial (…)”. Con esta reflexión, Paula Gaviria, Consejera Presidencial para los Derechos Humanos, dio inicio al evento en una sesión de apertura en la que estuvo acompañada de Ivonne González, Directora de Derechos Humanos del Ministerio del Interior; Ángel Martín, Director de la OEI en Colombia; Lawrence Sacks, Director de Misión USAID Colombia y Dumek Turbay Paz, Gobernador de Bolivia.
Los conferencistas tuvieron la posibilidad de conversar entre otros asuntos, acerca de la importancia de reflexionar sobre la construcción de una paz sin discriminación; el legado de la identidad afrodescendiente en el mundo; los medios de comunicación y su rol en la agenda de la diversidad, y el papel del arte y la cultura en la transformación social y la promoción de la equidad.
Aunque durante el evento se llevaron a cabo diferentes momentos con invitados de distintas partes de Colombia y de la región, un momento que suscitó gran interés por parte de nuestro equipo fue el panel ”Identidad afrodescendiente, un legado de diversidad para el mundo”, que contó con la participación de Margarette May Macaulay, Presidenta de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos; Ítalo Cardona, Coordinador de la Oficina Andina de la Organización Internacional del Trabajo; Jorge Ramírez, integrante de la RIOOD y de la Asociación Negra de Derechos Humanos de Perú; Pedro Mouratian, Ex-interventor del Instituto Nacional contra la Discriminación, Xenofobia y el Racismo de Argentina y Libardo Asprilla, Director de Asuntos para Comunidades Negras, Afrocolombianas, Raizales y Palenqueras del Ministerio del Interior de Colombia. En los siguientes párrafos les compartimos algunos de los argumentos presentados por los panelistas, así como de las conclusiones sobre los pasos a seguir para poder fortalecer la identidad afrodescendiente de América Latina.
Para Libardo Asprilla, esta tarea es crucial. Por eso aprovechó para recordar que en mayo, Colombia celebra el mes de la afrocolombianidad, por ser una fecha que rememora el momento en que se decretó la abolición de la esclavitud en Colombia. Este año, al cumplirse 167 años desde ese día, la invitación es a reflexionar sobre los avances y retos que enfrenta la población afrodescendiente, no solo en Colombia sino en la región latinoamericana.
Respecto a la situación de la población afrodescendiente de la región, durante el desarrollo del panel los conferencistas llamaron la atención sobre algunas de las estadísticas alarmantes que demuestran los retos que enfrenta este grupo poblacional y que se desprenden de los estudios realizados por organizaciones nacionales e internacionales, para poner en evidencia, entre otras cosas, el acceso limitado de la población afro a servicios básicos como la educación, la salud, la vivienda y la seguridad social. Según la CEPAL, por ejemplo, el 30% de la población de América Latina y el Caribe es de origen afrodescendiente y de ellos, más del 92% cuenta con necesidades básicas insatisfechas.
Con respecto a la situación de aquellos miembros de la población afro que se encuentran integrados al mercado laboral, la situación no es mejor. Entre los datos mencionados por los panelistas en promedio, una mujer afro gana 150 USD mensuales menos que una mujer blanca y hasta 200 dólares menos que un hombre blanco. En materia de acceso a la educación, mientras que en algunos países andinos 30 de cada 100 jóvenes van a la universidad, solo 8 de 100 jóvenes afrodescendientes pueden hacer lo mismo. A esto se suma la discriminación por parte de la administración y la población en general, a la que se enfrenta con frecuencia la población afrodescendiente, así como las tasas alarmantes de violencia.
En cuanto a su nivel de participación política, se discutió sobre la baja presencia afro tanto a la hora de ejercer el voto como de postularse a cargos públicos, lo cual tiene un impacto importante en la incidencia que la población puede ejercer en los procesos de transformación social, cultural, política y económica que se requieren para revertir esta situación.
Ligado a lo anterior, los conferencistas hablaron también del gran desafío que sigue representando el tema del auto-reconocimiento de la población afrodescendiente en la región. En algunos de los Censos que se han llevado a cabo recientemente en la región, los resultados son confusos a la hora de determinar el porcentaje exacto de población que se reconoce como afrodescendiente, pues los porcentajes resultan siendo bastante menores a los esperados. Esto probablemente responde a los problemas históricos de invisibilización, exclusión y desconocimiento de la gran riqueza afro que abunda en nuestras sociedades.
Sobre este último aspecto, Pedro Mouratian, señaló que existe una razón que explica este fenómeno y que es transversal a todos los países, algo que él describe como “el orgullo de ser ” y que empezó a construirse en el mismo momento en que nuestras sociedades con sus brechas de desigualdad entre diferentes grupos poblacionales se fueron construyendo. Para Pedro es lógico que las personas no quieran autoreconocerse como afrodescendientes. ¿Quién, acaso, quiere identificarse con un grupo que ha sido y continúa siendo excluido?
El hecho de que las respuestas dadas por la población afro a las preguntas del Censo, tengan un gran componente de autopercepción, limita el alcance de esta herramienta y hace que la generación de datos confiables y veraces sobre la población afrodescendiente continúe siendo uno de los retos principales para la región. Sin herramientas estadísticas y de análisis robustas que permitan conocer a profundidad lo que sucede a nivel local, será muy difícil avanzar en la construcción de políticas públicas en beneficio de esta población.
Esto sin hablar de aquellos países que aún ni siquiera tienen en cuenta a la población afro como uno de sus grupos poblacionales en el Censo.
Al respecto, Margarette May Macaulay hizo un llamado a todos los gobiernos de la región a incluir a la población afrodescendiente en el Censo, pues el no hacerlo representa un acto de exclusión y de invisibilización que limita a la población afro el disfrute de sus derechos civiles, sociales y políticos. Al concluir su intervención, enfatizó en el hecho de que, aunque necesarias, ni la celebración del decenio de la afrodescendencia, ni la creación de leyes es suficiente. De hecho, revisando la situación de la población afro en la región (incluyendo Estados Unidos y Canadá), ni siquiera en aquellos países con Constituciones que reconocen expresamente a la población afrodescendiente, esta población disfruta del mismo tratamiento o acceso a derechos y servicios que la población mayoritaria. En ese sentido, es posible concluir que todos los países tienen un gran camino por recorrer.
El panel cerró con una reflexión alrededor de la urgencia de contar una historia diferente, protagonizada, por fin, por la población afrodescendiente. Es momento de crear un presente y un futuro diferentes, con nuevos protagonistas y otras realidades, para que la historia que contemos en unos años, sea una historia incluyente y alejada de prácticas discriminatorias y que invisibilizan a las poblaciones afro y otras minorías.
Desde Somos Afro, seguiremos presentes en estos espacios, acompañando a organizaciones, gobiernos y otros actores en la construcción de un continente que valore la diversidad y la riqueza de la cultura de los grupos poblacionales que lo componen. Igualmente, continuaremos liderando la tarea de dar visibilidad y voz a las comunidades afro, compartiendo información sobre lo que sucede en el terreno y generando puentes de diálogo y trabajo en conjunto entre ellos y los gobiernos locales.