Los afrodescendientes tienen menos probabilidades de acceder a una educación e calidad, menos aún tienen acceso a una educación STEAM, (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Arte y Matemáticas), ya que la gran mayoría se encuentra en los sectores de pobreza y pobreza extrema. La Pandemia ha desnudado la importancia del uso de las tecnologías digitales, tanto para la educación como para el trabajo, a eso hay que sumar su bajo acceso al crédito (BID, 2017) y menores ingresos y tasas de ahorro. Por ende, pueden tener menos posibilidades de abastecerse de alimentos y artículos para el hogar en tiempos de crisis, lo que representa un gran desafío al no poder acceder al uso de Computadoras e Internet en sus hogares, lo que ha agravado su situación.

Son desafiantes las condiciones que enfrentan los afrodescendientes en América Latina, sin embargo, no son nuevas y existen muchas políticas que los gobiernos pueden tomar para reforzar la resiliencia histórica de estas comunidades en la región. Brindar internet gratuito a estas comunidades, transformar sus negocios con ayuda de la tecnología, implementar laboratorios de Fabricación Digital,(Fab Labs), dónde puedan dar rienda suelta a su creatividad, innovación e inventiva, todo esto en alianza con las organizaciones de la Sociedad Civil.

Este modelo ya se ha probado en un barrio Afroamericano de Boston, en Estados Unidos. Hacer réplicas de este laboratorio puede ayudar a cambiar la realidad de nuestras comunidades afrodescendientes. Democratizar los conocimientos científicos y tecnológicos no es una dádiva sino que es un derecho. Poder dar solución a estos problemas desde el conocimiento y la información no solo dejará atrás las frustraciones sino que dará la posibilidad de brindar soluciones para otras comunidades pobres en el mundo.

Desarrollo de plan de acción y financiamiento